
La acumulación es uno de los problemas más recurrentes en las casas. Espacios abarrotados, que han dejado de ser funcionales y han perdido su encanto. En muchos casos se convierte en un problema de gestión del hogar, por lo tanto, la vida deja de ser cómoda y agradable y pasa a ser una tortura moverse por la zona.
En general acumular se convierte en un hábito recurrente, un hábito silencioso y sobre el cual casi nunca reflexionamos. Simplemente hemos adoptado la costumbre de guardar todo lo que no utilizamos, así sin más. A diferencia de hace algunos años, se acostumbraba usar mucho las cosas, remendar, reparar y traspasar para aprovechar al máximo la utilidad de casi todo. No era muy fácil acceder a determinadas comodidades por lo que todos los recursos se gestionaban de manera diferente. Y guardar tenía un sentido, pues sabíamos que iba a pasar a otras manos o que serviría más adelante.
Hoy en día en tan fácil comprar y sustituir todo lo que se nos pueda ocurrir por otro objeto que esté de tendencia, o simplemente porque nos gusta. Lo que más se acumula en una casa es ropa, ya que vivimos en una sociedad que nos condiciona a ir vestidos para la ocasión, para ir a la piscina, para ir de fiesta, para ir a algún evento social, etc. La ropa es muy fácil y asequible de adquirir, la hay más barata y más cara, para todos los bolsillos, pero indistintamente de nuestro poder adquisitivo, hablamos de que sustituimos sin parar temporada tras temporada, con lo cual vamos dejando atrás muchas cosas que ya no nos hace ilusión usar.
El ciclo de adquirir para sustituir es casi infinito, pero ¿Qué pasa si ese ciclo no lo sabemos gestionar?. Pasa que nuestros armarios y muebles se ven atestados de cosas que vamos dejando en el olvido porque nos centramos siempre en lo nuevo que llega a nuestra casa. Y nuestras casas se van convirtiendo en un lugar de almacenamiento, no en un hogar para vivir.
¿CUÁNDO DEBEMOS PREOCUPARNOS?
Acumular se convierte en un problema cuando las cosas invaden nuestro espacio vital y no nos permite estar a gusto, cuando las cosas toman las riendas los espacios y no al revés.
Si analizáramos con detenimiento cada rincón de nuestro hogar, y empezamos abriendo los cajones de cualquier armario, ¿Qué cantidad de cosas encontraríamos que no utilizamos para nada?. Seguramente muchos objetos inservibles, absurdos o descubriríamos que tenemos muchas unidades de un mismo objeto, o que hemos guardado algo que no sirve para nada, y en realidad no tenemos ni idea de cómo ha llegado hasta ahí y está ocupando un espacio.
Los objetos silenciosos que se van quedando por lo rincones y cajones de nuestra casa son muchos, yo he creado una lista de 35 pero seguramente que encontraré muchas más. Estos son objetos que en su momento fueron útiles pero que ya no tienen ninguna utilidad en nuestra vida o por el contrario entraron por la puerta sin tener ningún sentido para nuestro hogar y se han ido acomodando en cualquier rincón sin darnos cuenta.
Recuerda que las cosas han sido creadas para servirte y en el momento en que dejan de hacerlo si no ponemos remedio a la situación pueden resultar perjudiciales para nuestro entorno.

ACUMULAR SIN SENTIDO
Acumular no compensa para nada, provoca espacios abarrotados, convirtiéndolos en espacios feos a la vista, acumulan suciedad y a la larga nos dan más trabajo y requieren mucho esfuerzo. Ojito, que estoy hablando de la acumulación “sin sentido” es decir, guardar por guardar cosas simplemente porque les tenemos un apego material. Muy distinto es que guardes la ropa del hermano mayor para que la herede el menor.
Encontrar el equilibrio en ocasiones puede ser difícil pero no imposible. No se trata de ninguna manera vivir sin las comodidades que se ajustan a tu vida, esto trata más bien de quedarse con lo que realmente usamos, con lo que somos felices y con lo que vivimos cómodamente. Por lo tanto, todo lo que sobra, está inservible o no tiene ningún uso, debe ir fuera.
LA REGLA MÁGICA
Te dejo aquí la “regla mágica “ para que la pongas en práctica en todas las categorías de objetos que entran a tu casa. Desde ropa, hasta decoración, juguetes, y un largo etcétera. Es tan sencillo como que “Cada vez que entre algo nuevo, tiene que salir algo” y no al trastero o garaje, si no fuera de la casa.
Tu hogar es el espacio más sagrado que tienes, y más personal, llénalo de cosas que te gusten y sobre todo que te sirvan. ¡Libérate ¡
Gracias por leer.