
Una de las razones que me motivó a cambiar la forma de limpiar mi casa fue el evitar el contacto con agentes químicos que dañan la salud de mi familia y por otro lado porque me siento responsable del medio ambiente y utilizando este tipo de productos no estoy ayudando precisamente a reducir mi huella ecológica para nada.
Pero hay una razón práctica que tiene que ver con mi profesión como Organizadora Profesional la que me ha llevado a elegir una limpieza más natural, más ecológica. Y es que la labor de la limpieza se simplifica muchísimo de esta forma además de mejorar el orden en casa
He dejado de tener 10 o más botes de productos para distintas zonas de la casa pues con los mismos productos preparo un par de mezclas que me sirven para prácticamente todo, y en el armario de limpieza hay menos cosas.
En el pasado nuestras madres y abuelas no tenían acceso a tantos productos químicos como hoy en día. Se limitaban a limpiar con jabón prácticamente todo. Y con la ayuda de algunas combinaciones de elementos naturales se conseguían resultados efectivos. Y esas recetas de toda la vida son las que he querido retomar como base de la limpieza de mi hogar.
La transición
Si en tu armario de limpieza hay muchos productos químicos y te gustaría pasarte a una limpieza más natural, mi consejo es que lo hagas de forma progresiva. Conforme vayas terminando un producto ve sustituyéndolo por otro de bajo impacto ambiental.
Quiero decirte que por experiencia personal, pasarte a la limpieza natural es un proceso lento ya que empiezas por deshacerte poco a poco de los productos anteriores para ir sustituyendo por fórmulas nuevas. Esas nuevas fórmulas requieren tiempo, y paciencia.
Me explico, cuando nos habituamos a tener unos resultados determinados como puede ser limpiar el suelo con algún producto que deje un olor intenso y duradero pues es complicado porque normalmente los productos a base de ingredientes naturales o productos de bajo impacto ambiental no suelen tener olores tan fuertes. Por otro lado, la limpieza ecológica es más lenta, en el sentido de que seguramente tardarás un poquito más en sacar esa mancha de tomate del mantel.
No significa que no funcione, significa que necesita tiempo. Por ejemplo: para blanquear la ropa, en lugar de echar un chorreón de lejía en la lavadora aquí tendrás que frotar con jabón de castilla y dejar al sol un par de horitas para obtener ese resultado de blanco reluciente. ¿Pero da resultados? Claro que sí, una vez te acostumbras, vas cogiendo confianza y sobre todo sabrás que esperar.

Mi experiencia
Cuando empecé mi andadura, debo confesarte que el primer año lo dejé aparcado porque me daba desconfianza. Temía muchísimo no conseguir limpiar y desinfectar algunas zonas de la casa y volví a utilizar los productos de siempre. Con el tiempo retomé el tema porque en el fondo de mi corazón deseaba hacer el cambio pero el miedo no me dejaba. Y empecé por formarme en el tema y a investigar a fondo sobre los productos que de forma natural podían darme eso que tanto buscaba, seguridad y resultados.
Como resultado he conseguido hacer un par de fórmulas de limpiadores multiusos con los cuales limpio prácticamente toda mi casa y me encuentro cómoda. Otro de los secretos de este tipo de limpieza es probar una y otra vez hasta encontrar la mezcla que se ajusta a tus necesidades. En pocas palabras como ya te he comentado antes, paciencia.
Esta puesta en práctica me ha llevado a dar otro paso más y haber creado mi propia GUÍA DE LIMPIEZA NATURAL EN CASA. Un recetario práctico hecho con productos sencillos de andar por casa y fáciles de encontrar en cualquier droguería o supermercado.
Espero que mi experiencia te ayude a dar el paso hacia la limpieza natural como alternativa a la higiene en tu hogar.
Gracias por leer y hasta la próxima.
Ya sabes que me tienes por las redes sociales y en Instagram todos los días.